Después de tanto revuelo formado en el mundillo de la ornitología
y de los aficionados a la observación de la naturaleza, tampoco quería dejar
pasar la oportunidad de poder ver, lo que es para muchos, una de las aves más
bellas de Europa. Además, este pajarillo del tamaño de un estornino, cuenta
con un valor añadido y es que el ampelis es muy difícil de observar ya que la
Península Ibérica no entra ni de lejos dentro de su área de distribución.
Este invierno sin embargo, se han dejado ver en diferentes
puntos, y al parecer, según las observaciones, el número más elevado
de individuos se ha dado en Ramales de la Victoria (Cantabria).
Como me pillaba cerca de casa (si Bilbao está cerca de
cualquier sitio, no os quiero ni contar Santurtzi) y este domingo pasado al
parecer el tiempo nos daba un poco de tregua, me acerqué junto con Garbi y Ane
a ver si teníamos un poco de suerte.
Encontrar la zona no fue difícil ya que, al poco de entrar
al pueblo, vimos un grupo de gente con prismáticos, cámaras, trípodes, etc. mirando
fijamente a un lugar concreto, los aligustres (Ligustrum lucidum) de la plaza.
Nada más aparcar nos acercamos al lugar y preguntamos a la
gente que estaba apostada por los famosos ampelis. La respuesta fue algo
decepcionante ya que no se les había visto en toda la mañana (algunos llevaban horas
esperando). De todas maneras, los aligustres tenían otra serie de visitantes
que estaban asaltando sin ninguna piedad la densa despensa de frutos que
colgaban de estos árboles ornamentales.
Curruca capirotada macho (Sylvia atricapilla)
Currucas capirotadas, Pinzones comunes, verderones,
carbonero garrapinos, gorriones, y un nutrido grupo de camachuelo común, hacían
de teloneros mientras las “estrellas” se hacían de rogar.
Verderón (Carduelis Cloris)
Después de una breve espera, el tiempo reinante invitaba a
un cafecito y eso hicimos. Nada más salir con el calor del café templando el estómago,
vimos cómo nos adelantaba a paso ligero una persona con trípode y cámara en
mano “esto es una señal” – pensamos-. Le seguimos y sí, ahí estaban, tranquilos, descansando en lo
alto de un plátano (Platanus x hybrida). Con la luz que hacia y la distancia a la que se
encontraban, a duras penas se los podía distinguir, pero ahí estaban.
Los ampelis (Bombicilla garrulus), lejos, pero ¡ahí estaban!
A los pocos minutos levantaron el vuelo e inmediatamente se oyó
una voz diciendo: ¡han ido a la plaza!
Hacia allí nos dirigimos y fue entonces cuando pudimos
disfrutar del espectáculo que es ver a un grupito de ampelis (cinco en total) a
placer, comiendo tranquilamente y a pesar del revuelo, ajenos a lo que pasaba
alrededor.
Texto y fotos:
Manu Océn
SERANTES NATURA
2 comentarios:
Veo que gozaste con los ampelis,ja,ja
Un abrazo
Oscar
Veo que gozaste con los Ampelis,jaja, son unas aves con un halo especial.
Un abrazo
Oscar
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