Acherontia artropos Linnaeus, 1758
Euskera:
Buruhezur-esfingea
Inglés: Death's-head
Hawk moth
Este año ha sido la primera vez que he tenido oportunidad de
ver y tener en mis manos una oruga de esta especie. Como otros muchos encuentros,
fue fruto de la casualidad y la fortuna, la oruga atravesaba tranquila la pista
de ascenso al monte Serantes. Me di cuenta que no era una rama o similar después
de haber pasado por encima de ella con el Land-Rover de Aranzadi. Cuando el
coche ya había avanzado unos metros, tiré del freno de mano y, ante la mirada
curiosa de la gente que venía con migo, salí de un salto. Por suerte, el animalillo paso entre las ruedas y no sufrió
daño alguno.
Enseguida empezaron los comentarios y exclamaciones, y no es
para menos. Aunque la foto es de mala calidad se puede apreciar su tamaño. Es un bicho
espectacular.
La llevé a casa con la intención de fotografiarla pero al
poco de llegar su piel cambió de color y textura y se volvió tremendamente
activa. Sabía que estas orugas en el momento de crisalidar tienden a enterrarse
con lo que la arrimé a una de las macetas que tengo en el balcón y en un abrir
y cerrar de ojos la oruga desapareció de mi vista bajo la tierra. Me quedé sin
foto :-(.
Deciros que las orugas de los esfíngidos, familia a la que
pertenece esta mariposa, se diferencian del resto por una especie de espina
grande que se puede observar en la parte anterior del cuerpo.
El alimento principal de esta oruga es la planta de la
patata, tomate, berenjena o zanahoria, aunque no desdeña las adelfas, tabaco,
estramonio, vid, o habas.
Estos días la esfinge de la calavera ha salido de la maceta ya como mariposa, y esta vez si la he podido hacer alguna foto.
Esta polilla es bastante fácil de identificar. Las alas
anteriores son de tonos parduscos con alguna mancha irregular mas clara, siendo
las posteriores de coloración amarilla con un par de bandas oscuras.
Tiene dos generaciones anuales. Los ejemplares de la primera
generación vuelan a finales de primavera, mientras que los de la segunda lo
hacen a finales del verano y principios de otoño.
En su tórax podemos ver un dibujo amarillento de forma
circular que recuerda a la forma de una calavera. Por esto, ha pasado a formar
parte de numerosas historias que la nombran como mensajera de la muerte
(acordaos de la película “El silencio de los corderos”). Además, cuando se
siente en peligro emite un sonido estridente a la vez que muestra
bruscamente el amarillo de su abdomen. Resulta fácil de imaginar el susto que
provocaban estos insectos cuando en plena noche penetraban en las habitaciones
de las viviendas exhibiendo la inquietante figura de una calavera en su dorso.
Por ello la superstición popular aseguraba que en la vivienda en la que entraba
anunciaba un próximo fallecimiento.
Texto y fotos:
Manu Océn
SERANTES NATURA
1 comentario:
No me fastidies, así que era eso. Sólo he visto dos en mi vida, pero me parecieron de lo más bonito que he contemplado: espectaculares. Sin embargo no las relacionaba con la famosa mariposa que inspiró al imprescindinle Poe. Lo que es la vida. Esta entrada ha supuesto todo un descubrimiento. Muchas gracias. Abrazos.
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